El segundo sistema de cuevas inundadas más grande del mundo: elemento clave para el abastecimiento del agua de Quintana Roo
En la península de Yucatán, el agua que se usa tanto para las poblaciones humanas como para los ecosistemas de la región proviene de un acuífero, es decir, de un sistema subterráneo que almacena y donde se da el movimiento o flujo del agua a través de sus poros.
El acuífero en la península cuenta con una capa de agua dulce que flota sobre la de agua salada, debido a que la parte continental está rodeada de mar. Ambas capas, se encuentran separadas como el agua y el aceite.
Figura 1.- Acuífero kárstico costero donde se aprecian los conductos de disolución, el espesor del lente de agua dulce y el agua salada, y los ecosistemas asociados al agua subterránea.
Entre los rasgos característicos de este acuífero están los pozos de agua que se conocen localmente como cenotes, de los cuales existen más de 8,0001 en la península de Yucatán, así como más de 1,522.4 km de cuevas inundadas y al menos 354.9 km de cuevas secas.
En Quintana Roo se encuentra el segundo sistema de cuevas inundadas más grande del mundo. Como ejemplo, el sistema de cuevas subacuáticas Sac Actun en el estado cuenta con más de 354 km mapeados.
Este gran acuífero conecta todos los ecosistemas, desde la selva hasta el arrecife, sin embargo, se han identificado en él más de 200 compuestos contaminantes en diversos sitios de Yucatán y Quintana Roo generados por malas prácticas ambientales, como el vertimiento de aguas residuales sin tratamiento, cenotes usados como basureros, lixiviados de tiraderos, ganadería industrial, agricultura con pesticidas, etc.
Hoy en día, las leyes federales no reconocen ni definen a los cenotes ni al tipo de acuífero característico de la península de Yucatán (acuífero kárstico), por lo tanto es fundamental fortalecer el marco legal que permita preservar este maravilloso recurso hídrico. Este proceso requiere considerar la opinión de expertos sobre la situación, carácter y movimiento de las aguas subterráneas en la toma de decisiones, ya que hacerlo permitirá planear y desarrollar de manera sustentable el crecimiento de las ciudades, establecer las medidas de protección necesarias para prevenir la contaminación de acuíferos y lograr una gestión integral del recurso hídrico.
En México contamos con 653 acuíferos, de los cuales más de 105 tienen grado de sobreexplotación, el reto es tan importante que debemos enfocar los esfuerzos en ser facilitadores de la transmisión del conocimiento del agua subterránea y la concientización para su preservación. ¡Cuidemos el agua y conservemos el acuífero de la península de Yucatán!